Qué desastre, amigos, otra vez los árbitros metiendo la pata en los partidos de hockey y echando a perder lo que parecía una apuesta segura. Anoche estaba siguiendo el juego entre los Maple Leafs y los Bruins, y todo apuntaba a un over de goles porque los dos equipos venían enchufados, con defensas flojas y porteros que no estaban en su mejor día. Había analizado las estadísticas de los últimos cinco encuentros: Toronto promediaba 3.8 goles por partido y Boston 3.5, así que el over 6.5 parecía pan comido. Incluso revisé las alineaciones, los power plays de ambos lados estaban on fire, y no había lesiones importantes que cambiaran el panorama.
Pero claro, llegan los árbitros con sus decisiones de otro planeta. En el segundo período, con el marcador 2-2, anulan un gol legítimo de Matthews por una supuesta interferencia que ni en cámara lenta se entiende. El tipo apenas rozó al portero, y encima el puck ya estaba suelto. Esa jugada mató el ritmo del partido, los equipos se pusieron conservadores, y al final quedó 3-2. Adiós al over, adiós a mi apuesta. Y no es la primera vez esta temporada, ya van tres veces que me pasa algo parecido. ¿Qué les pasa a estos referees? ¿No se dan cuenta de que sus errores no solo joden el espectáculo, sino también nuestros bolsillos?
Yo sigo haciendo mi tarea, miro los números, los enfrentamientos previos, el rendimiento en casa y de visita, pero cuando los árbitros se convierten en el factor X, no hay análisis que valga. Para el próximo partido entre los Oilers y los Avalanche, estoy pensando en ir por el under porque los dos equipos tienen defensas sólidas últimamente, pero quién sabe si otro silbato loco va a cambiar todo el guion. ¿Alguien más está harto de esto o soy solo yo? Porque así no hay manera de confiar en los pronósticos, por más que uno se queme las pestañas estudiando.
Pero claro, llegan los árbitros con sus decisiones de otro planeta. En el segundo período, con el marcador 2-2, anulan un gol legítimo de Matthews por una supuesta interferencia que ni en cámara lenta se entiende. El tipo apenas rozó al portero, y encima el puck ya estaba suelto. Esa jugada mató el ritmo del partido, los equipos se pusieron conservadores, y al final quedó 3-2. Adiós al over, adiós a mi apuesta. Y no es la primera vez esta temporada, ya van tres veces que me pasa algo parecido. ¿Qué les pasa a estos referees? ¿No se dan cuenta de que sus errores no solo joden el espectáculo, sino también nuestros bolsillos?
Yo sigo haciendo mi tarea, miro los números, los enfrentamientos previos, el rendimiento en casa y de visita, pero cuando los árbitros se convierten en el factor X, no hay análisis que valga. Para el próximo partido entre los Oilers y los Avalanche, estoy pensando en ir por el under porque los dos equipos tienen defensas sólidas últimamente, pero quién sabe si otro silbato loco va a cambiar todo el guion. ¿Alguien más está harto de esto o soy solo yo? Porque así no hay manera de confiar en los pronósticos, por más que uno se queme las pestañas estudiando.