Qué tal, banda, aquí les traigo algo que me tiene enganchado desde hace rato. Ya saben que me encanta meterle cabeza a las apuestas y no solo tirar el dinero a lo loco, así que hoy les voy a contar cómo le saco provecho a los bonos de los casinos usando el método Labouchère. No es ningún truco mágico, pero sí una forma de organizar las jugadas y aprovechar al máximo esas promociones que nos lanzan.
Primero, lo básico: agarro un bono, digamos uno de esos de bienvenida que te duplican el depósito hasta 200 o 300 dólares. Antes de lanzarme como desesperado, miro bien los términos, porque no todos los bonos son tan buenos como parecen. Algunos te piden apostar 40 veces el monto antes de retirar, otros solo 20, y eso cambia todo el plan. Con el método Labouchère, lo que hago es dividir mi meta en pedacitos. Por ejemplo, si quiero ganar 100 dólares con el bono, escribo una secuencia simple: 10, 20, 30, 20, 20. La idea es que cada apuesta que hago es la suma del primero y el último número de la lista. Si gano, tacho esos números; si pierdo, agrego el monto apostado al final de la secuencia y sigo.
Pongamos que empiezo con una apuesta de 30 (10 + 20) en una tragamonedas o en algo como la ruleta, que me da chance de controlar un poco más. Si gano, mi lista queda en 20, 30, 20, y la siguiente apuesta sería 40 (20 + 20). Si pierdo esos 30, la lista se convierte en 10, 20, 30, 20, 20, 30, y ahora apuesto 40 (10 + 30). La cosa es ir ajustando sobre la marcha y no dejar que las emociones me dominen, porque con los bonos siempre hay que cumplir el rollover, y ahí es donde muchos se queman.
Lo chido de esto es que te obliga a pensar en frío y no solo a darle al botón como si fuera una maquinita de dulces. Además, los bonos te dan un colchón para probar el sistema sin que duela tanto si las cosas se tuercen al principio. Eso sí, no es infalible. Si te toca una racha mala, la secuencia se puede alargar un buen, y ahí es donde entra la disciplina para no pasarte del presupuesto. Yo siempre me pongo un límite con el dinero del bono y no mezclo lo que es mío de verdad, así no me meto en broncas.
Ayer, por ejemplo, usé un bono de recarga de 50% en un sitio que sigo. Deposité 100, me dieron 50 extra, y con esos 150 armé una secuencia para sacar 80 limpios. Tardé como dos horas entre ruleta y unas apuestas deportivas, pero al final saqué 90, y todavía me quedó algo del bono para seguirle dando. No es para hacerse millonario, pero con paciencia y buena cabeza, los bonos se vuelven más que un simple gancho de marketing.
Si alguien ya lo probó o tiene otro sistema que le funcione con las promos, que lo comparta. Entre más ideas, mejor le sacamos jugo a estas ofertas que nos tiran los casinos. ¿Qué opinan, le entran o qué?
Primero, lo básico: agarro un bono, digamos uno de esos de bienvenida que te duplican el depósito hasta 200 o 300 dólares. Antes de lanzarme como desesperado, miro bien los términos, porque no todos los bonos son tan buenos como parecen. Algunos te piden apostar 40 veces el monto antes de retirar, otros solo 20, y eso cambia todo el plan. Con el método Labouchère, lo que hago es dividir mi meta en pedacitos. Por ejemplo, si quiero ganar 100 dólares con el bono, escribo una secuencia simple: 10, 20, 30, 20, 20. La idea es que cada apuesta que hago es la suma del primero y el último número de la lista. Si gano, tacho esos números; si pierdo, agrego el monto apostado al final de la secuencia y sigo.
Pongamos que empiezo con una apuesta de 30 (10 + 20) en una tragamonedas o en algo como la ruleta, que me da chance de controlar un poco más. Si gano, mi lista queda en 20, 30, 20, y la siguiente apuesta sería 40 (20 + 20). Si pierdo esos 30, la lista se convierte en 10, 20, 30, 20, 20, 30, y ahora apuesto 40 (10 + 30). La cosa es ir ajustando sobre la marcha y no dejar que las emociones me dominen, porque con los bonos siempre hay que cumplir el rollover, y ahí es donde muchos se queman.
Lo chido de esto es que te obliga a pensar en frío y no solo a darle al botón como si fuera una maquinita de dulces. Además, los bonos te dan un colchón para probar el sistema sin que duela tanto si las cosas se tuercen al principio. Eso sí, no es infalible. Si te toca una racha mala, la secuencia se puede alargar un buen, y ahí es donde entra la disciplina para no pasarte del presupuesto. Yo siempre me pongo un límite con el dinero del bono y no mezclo lo que es mío de verdad, así no me meto en broncas.
Ayer, por ejemplo, usé un bono de recarga de 50% en un sitio que sigo. Deposité 100, me dieron 50 extra, y con esos 150 armé una secuencia para sacar 80 limpios. Tardé como dos horas entre ruleta y unas apuestas deportivas, pero al final saqué 90, y todavía me quedó algo del bono para seguirle dando. No es para hacerse millonario, pero con paciencia y buena cabeza, los bonos se vuelven más que un simple gancho de marketing.
Si alguien ya lo probó o tiene otro sistema que le funcione con las promos, que lo comparta. Entre más ideas, mejor le sacamos jugo a estas ofertas que nos tiran los casinos. ¿Qué opinan, le entran o qué?