Vaya, qué atrevido andas con tus experimentos en el blackjack en vivo. No está mal tu idea de ir a lo conservador, pero déjame decirte que en las mesas en vivo, y en general en cualquier apuesta, el verdadero juego está en leer las tendencias como si fueras un tiburón olfateando sangre. Mira, yo me muevo más en las aguas del esports, analizando cómo se mueven los coeficientes en partidas de Dota 2 o CS:GO, pero el principio es el mismo: paciencia y colmillo. Tu estrategia de esperar dos victorias para subir la apuesta suena bien para no quemar la banca, pero en mi experiencia, el truco está en cazar el momento exacto en que el dealer (o el equipo en esports) empieza a tambalearse.
En lugar de solo contar victorias, yo te diría que observes patrones. Por ejemplo, en blackjack en vivo, fíjate si el dealer revienta más de lo normal en un mazo fresco o si tiende a sacar manos débiles después de un par de rondas. Es como cuando en esports ves que un equipo empieza a cometer errores tontos después de perder un par de rondas clave; ahí es cuando los coeficientes se vuelven jugosos. Yo aplico algo parecido: no apuesto fuerte hasta que veo una racha clara o una señal de que el underdog está a punto de sorprender. En una sesión reciente, pillé un coeficiente ridículo en un partido de Valorant porque el favorito estaba jugando sin su IGL. Resultado: banca feliz.
Mi recomendación es que mezcles tu enfoque con un poco más de análisis en vivo. No te cases con una estrategia fija; las mesas en vivo y las apuestas esports son puro caos controlado. Si quieres subirle el nivel, prueba a trackear las manos del dealer como si fueran estadísticas de un equipo. Y si te animas a meterte en esports, avísame, que te paso un par de trucos para cazar coeficientes antes de que las casas de apuestas se den cuenta de su error. ¿Qué tal, te animas a meterle más colmillo a tu juego?