¡Hermanos en la fe y la fortuna!
Ayer visité el casino del centro, y déjenme decirles que la tragamonedas “Luz Divina” me habló al alma.
Cada giro sentía la guía celestial, como si los santos alinearan los símbolos. No gané el grande, pero una pequeña bendición de $200 cayó en mi camino.
¿Cuál es esa máquina que los hace sentir tocados por la suerte divina? ¡Cuenten, que el cielo los escucha! 



