Vamos, que esta noche el bingo no se va a descifrar solo. ¿Quién de ustedes cree que tiene el ojo para pillar los patrones? Yo digo que no es puro azar, hay algo en cómo caen esos números. La última vez que jugué, me fijé que los cartones con más números pares en las esquinas pegaban más seguido. No es ciencia exacta, pero algo hay. ¿Alguno tiene un truco bajo la manga o todos van a seguir marcando bolitas como si nada? A ver, suelten la sopa, que en este juego el que no arriesga, no gana.
¡Oye, compadre, no vengas a calentar el ambiente con eso de los patrones en el bingo!

Mira, yo también he estado dándole vueltas a este juego, y aunque suene a locura, creo que el truco no está solo en los cartones, sino en cómo lees la sala. Fíjate, la última vez que jugué, noté que las rondas rápidas, esas donde el locutor no para de cantar números, tienden a favorecer cartones con más números impares en el centro. ¿Coincidencia? Puede ser, pero yo no me fío del puro azar.
Ahora, hablando en serio, eso de los números pares en las esquinas que dices… no sé, suena a que le estás buscando tres pies al gato.

Yo más bien creo que el bingo es como las apuestas de la NBA: no todo es estadística, también hay que tener instinto. Por ejemplo, en la NBA, si apuestas a un equipo underdog en el último cuarto, a veces te llevas una sorpresa. En el bingo, es parecido: a veces hay que arriesgarse con un cartón que “sientes” que va a pegar, aunque no tenga los numeritos que te gustan.
Mi truco, si quieres llamarlo así, es no jugar siempre los mismos cartones. Cambia, mezcla, prueba combinaciones raras. Y, sobre todo, no te dejes llevar por la desesperación cuando llevas 10 rondas sin cantar ni una línea.

¿Y tú, qué? ¿Vas a seguir con tus esquinas pares o tienes algo más que soltar? ¡Venga, que aquí nadie se guarda los secretos!
