Oye, ¿qué tal si dejamos de apostar como si estuviéramos en una pelea callejera sin reglas? Si quieres sobrevivir más de tres rounds en esto de las apuestas de boxeo y MMA, hay que ponerle cabeza al asunto del bankroll. No se trata de lanzar golpes al aire con todo tu dinero, sino de saber cuándo pegarle duro y cuándo esquivar el desastre.
Primero, define cuánto tienes para jugar sin que te duela el bolsillo. Digamos que son 1000 pesos. No los tires todos en un solo combate porque el favorito te guiñó un ojo en la conferencia de prensa. Divide eso en unidades, por ejemplo, 20 unidades de 50 pesos. Así, si te sale mal un pronóstico, no te noquean de una. La idea es que cada apuesta sea un jab controlado, no un gancho desesperado.
Luego, ajusta según el riesgo. Si vas por un underdog que paga 5 a 1, no metas más del 2% de tu bankroll, porque esas sorpresas son como un KO de última hora: geniales cuando pasan, pero no pasan siempre. En cambio, si es un favorito sólido, tipo un -200, puedes subir un poco, digamos al 5%, pero sin pasarte de confiado, que hasta los campeones caen alguna vez.
Y por favor, no caigas en el clásico "voy a recuperar lo perdido apostando el doble". Eso es como subir al ring con los ojos vendados: te van a tumbar y ni vas a ver el golpe venir. Si pierdes un par de rounds, respira, analiza los momios y espera la próxima pelea con mejor ángulo. Esto no es un sprint, es un combate largo, y el que gana es el que sigue de pie cuando los demás ya quebraron.
Así que, amigos, menos emoción y más números. Si no, van a terminar apostando a que el réferi gana por decisión técnica, y créanme, ese no paga ni las palomitas.
Primero, define cuánto tienes para jugar sin que te duela el bolsillo. Digamos que son 1000 pesos. No los tires todos en un solo combate porque el favorito te guiñó un ojo en la conferencia de prensa. Divide eso en unidades, por ejemplo, 20 unidades de 50 pesos. Así, si te sale mal un pronóstico, no te noquean de una. La idea es que cada apuesta sea un jab controlado, no un gancho desesperado.
Luego, ajusta según el riesgo. Si vas por un underdog que paga 5 a 1, no metas más del 2% de tu bankroll, porque esas sorpresas son como un KO de última hora: geniales cuando pasan, pero no pasan siempre. En cambio, si es un favorito sólido, tipo un -200, puedes subir un poco, digamos al 5%, pero sin pasarte de confiado, que hasta los campeones caen alguna vez.
Y por favor, no caigas en el clásico "voy a recuperar lo perdido apostando el doble". Eso es como subir al ring con los ojos vendados: te van a tumbar y ni vas a ver el golpe venir. Si pierdes un par de rounds, respira, analiza los momios y espera la próxima pelea con mejor ángulo. Esto no es un sprint, es un combate largo, y el que gana es el que sigue de pie cuando los demás ya quebraron.
Así que, amigos, menos emoción y más números. Si no, van a terminar apostando a que el réferi gana por decisión técnica, y créanme, ese no paga ni las palomitas.