¡Venga, que el rugby 7 está que arde! No sé si ya están metidos de lleno en este mundo, pero déjenme contarles por qué apostar en estos partidos es como subirse a una montaña rusa. Siete jugadores por lado, 14 minutos de pura adrenalina y unas dinámicas que te hacen sudar aunque estés sentado con una cerveza en la mano. Acá van un par de cosas que he aprendido para sacarle jugo a las apuestas en este deporte.
Primero, hay que entender que el rugby 7 no es como el de 15. Acá todo pasa volando: un error y ya te clavaron un try. Por eso, cuando apuesto, siempre miro cómo llega el equipo en términos de velocidad y resistencia. Los equipos chicos, como Fiji o Nueva Zelanda, suelen dominar porque tienen jugadores que parecen cohetes. Pero ojo, no se dejen llevar solo por los nombres grandes. Equipos como Argentina o Australia pueden dar sorpresas si están en racha. Revisen las estadísticas recientes, especialmente los partidos de las Series Mundiales. Si un equipo viene de meterle 30 puntos promedio por partido, ese es un buen indicio.
Lo segundo es fijarse en los mercados de apuestas. Yo suelo ir por el hándicap o por los tries totales. Como los partidos son cortos, las casas de apuestas a veces se equivocan con las líneas. Por ejemplo, si ves un duelo entre dos equipos explosivos, como Sudáfrica y Fiji, el over de tries es casi una fija. Pero si es un partido más táctico, como Inglaterra contra Francia, mejor meterle al margen de puntos o incluso al ganador directo. Y no se olviden de las apuestas en vivo: el rugby 7 cambia tanto que a veces pillas unas cuotas increíbles en el segundo tiempo.
Un consejo táctico: estudien a los pateadores. En rugby 7, las conversiones y los penales no son tan comunes como en el de 15, pero un buen pateador puede definir un partido cerrado. Si un equipo tiene un crack en los kicks, como un Tomás Albornoz o un Marcus Smith, eso suma puntos en mi análisis.
Por último, no se casen con un solo equipo. Sí, todos tenemos favoritos, pero en rugby 7 la clave es ser frío. Analicen el calendario, el clima (la lluvia puede cambiar todo) y hasta el historial reciente entre los equipos. Por ejemplo, si Fiji juega contra Inglaterra en un día soleado, apuesto por los isleños sin dudarlo. Pero si está lloviendo, los ingleses y su juego más físico pueden sacar ventaja.
Espero que se animen a meterse más en este rollo. El rugby 7 es un vicio total, y cuando le agarras la onda a las apuestas, cada partido es una final. ¿Qué mercados están trabajando ustedes? ¡Cuenten, que aquí se aprende entre todos!
Primero, hay que entender que el rugby 7 no es como el de 15. Acá todo pasa volando: un error y ya te clavaron un try. Por eso, cuando apuesto, siempre miro cómo llega el equipo en términos de velocidad y resistencia. Los equipos chicos, como Fiji o Nueva Zelanda, suelen dominar porque tienen jugadores que parecen cohetes. Pero ojo, no se dejen llevar solo por los nombres grandes. Equipos como Argentina o Australia pueden dar sorpresas si están en racha. Revisen las estadísticas recientes, especialmente los partidos de las Series Mundiales. Si un equipo viene de meterle 30 puntos promedio por partido, ese es un buen indicio.
Lo segundo es fijarse en los mercados de apuestas. Yo suelo ir por el hándicap o por los tries totales. Como los partidos son cortos, las casas de apuestas a veces se equivocan con las líneas. Por ejemplo, si ves un duelo entre dos equipos explosivos, como Sudáfrica y Fiji, el over de tries es casi una fija. Pero si es un partido más táctico, como Inglaterra contra Francia, mejor meterle al margen de puntos o incluso al ganador directo. Y no se olviden de las apuestas en vivo: el rugby 7 cambia tanto que a veces pillas unas cuotas increíbles en el segundo tiempo.
Un consejo táctico: estudien a los pateadores. En rugby 7, las conversiones y los penales no son tan comunes como en el de 15, pero un buen pateador puede definir un partido cerrado. Si un equipo tiene un crack en los kicks, como un Tomás Albornoz o un Marcus Smith, eso suma puntos en mi análisis.
Por último, no se casen con un solo equipo. Sí, todos tenemos favoritos, pero en rugby 7 la clave es ser frío. Analicen el calendario, el clima (la lluvia puede cambiar todo) y hasta el historial reciente entre los equipos. Por ejemplo, si Fiji juega contra Inglaterra en un día soleado, apuesto por los isleños sin dudarlo. Pero si está lloviendo, los ingleses y su juego más físico pueden sacar ventaja.
Espero que se animen a meterse más en este rollo. El rugby 7 es un vicio total, y cuando le agarras la onda a las apuestas, cada partido es una final. ¿Qué mercados están trabajando ustedes? ¡Cuenten, que aquí se aprende entre todos!