Qué tal, camaradas de la suerte, aquí va un dato para los que se la pasan apostando en simuladores como si fueran gurús del FIFA. Analicé un par de juegos de esos que te prometen "realismo puro" y, adivinen qué, la banca siempre tiene un as bajo la manga, literal. En la ruleta simulada, el algoritmo parece que se ríe de ti cuando intentas martingalas: doblas, doblas y pum, te cae el cero como si lo hubieran programado para eso. Y en el blackjack, ni hablemos, las cartas salen tan bien barajadas que parece que el crupier virtual ya sabe que tienes 16 y te va a dar un 10 para que te pases. Mi "táctica infalible" después de horas de simulación: apuesta poco, reza mucho y no te creas el próximo Einstein de las estadísticas. Al final, entre la ruleta que te marea y el blackjack que te humilla, lo único que ganas seguro es un dolor de cabeza.