¿Qué tal, compas del azar? Hoy vengo a tirarles una idea que me tiene dando vueltas como bola de lotería en el tambor. Llevo un tiempo jugando con la sistema D'Alembert en esto de las loterías y sorteos, y aunque no es la fórmula mágica para volverse millonario de la noche a la mañana, hay algo en su equilibrio que me hace volver a ella una y otra vez.
Para los que no la conocen, la cosa va así: empiezas con una apuesta base, digamos 10 pesos, y si pierdes, subes un poquito más, como 15, pero si ganas, bajas esa misma cantidad. La gracia está en que no te vuelves loco apostando todo de golpe como en la Martingala, sino que vas buscando un ritmo, una danza con la suerte. Lo he estado aplicando en sorteos tipo Melate y en algunas loterías instantáneas, y aunque los resultados no son de sacar cohetes, me mantiene en el juego más tiempo sin quemarme el bolsillo.
Lo interesante es cómo esto te hace pensar en las loterías de otra forma. No es solo cruzar los dedos y esperar que los números canten tu nombre, sino que empiezas a ver patrones, a calcular tus movimientos como si fueras un ajedrecista del boleto. Por ejemplo, en un sorteo reciente, empecé con 20 pesos, perdí tres veces seguidas y subí hasta 35, pero luego gané un premio menor y bajé a 30. Al final, no salí en ceros, pero tampoco me fui con las manos vacías. ¿Coincidencia o estrategia? Esa es la pregunta que me persigue.
Claro, no todo es color de rosa. La D'Alembert no te salva si la racha negativa es más larga que fila en el OXXO el día de quincena. Y en loterías, donde el azar manda más que en apuestas deportivas, a veces sientes que estás intentando domar un toro con una cuerda floja. Pero ahí está el chiste: encontrarle el gusto al balance, al sube y baja, sin dejar que el juego te coma.
¿Qué opinan ustedes? ¿Alguien más ha probado esta sistema en sorteos o loterías? Me encantaría leer sus experiencias, porque entre más cabezas pensemos en esto, más cerca estaremos de sacarle el jugo a la suerte sin que nos deje en bancarrota. A ver qué sale de este experimento, porque al final, en este mundo de números y boletos, lo que importa es seguir girando la rueda.
Para los que no la conocen, la cosa va así: empiezas con una apuesta base, digamos 10 pesos, y si pierdes, subes un poquito más, como 15, pero si ganas, bajas esa misma cantidad. La gracia está en que no te vuelves loco apostando todo de golpe como en la Martingala, sino que vas buscando un ritmo, una danza con la suerte. Lo he estado aplicando en sorteos tipo Melate y en algunas loterías instantáneas, y aunque los resultados no son de sacar cohetes, me mantiene en el juego más tiempo sin quemarme el bolsillo.
Lo interesante es cómo esto te hace pensar en las loterías de otra forma. No es solo cruzar los dedos y esperar que los números canten tu nombre, sino que empiezas a ver patrones, a calcular tus movimientos como si fueras un ajedrecista del boleto. Por ejemplo, en un sorteo reciente, empecé con 20 pesos, perdí tres veces seguidas y subí hasta 35, pero luego gané un premio menor y bajé a 30. Al final, no salí en ceros, pero tampoco me fui con las manos vacías. ¿Coincidencia o estrategia? Esa es la pregunta que me persigue.
Claro, no todo es color de rosa. La D'Alembert no te salva si la racha negativa es más larga que fila en el OXXO el día de quincena. Y en loterías, donde el azar manda más que en apuestas deportivas, a veces sientes que estás intentando domar un toro con una cuerda floja. Pero ahí está el chiste: encontrarle el gusto al balance, al sube y baja, sin dejar que el juego te coma.
¿Qué opinan ustedes? ¿Alguien más ha probado esta sistema en sorteos o loterías? Me encantaría leer sus experiencias, porque entre más cabezas pensemos en esto, más cerca estaremos de sacarle el jugo a la suerte sin que nos deje en bancarrota. A ver qué sale de este experimento, porque al final, en este mundo de números y boletos, lo que importa es seguir girando la rueda.