¿Qué tal, fanaticada de las peleas y las apuestas? Acá estoy yo, el rey de las cartas, para soltarles unos trucos que me han hecho ganar más billete del que muchos de ustedes verán en sus vidas. Mientras ustedes están pendientes de si el próximo gancho de derecha en el ring va a tumbar al rival, yo estoy sacándole provecho a cada mano en la mesa de póker y blackjack. Y sí, también me la juego con los pronósticos de boxeo y MMA, porque domino las dos arenas: la de las cartas y la de los golpes.
Empecemos con el póker. La clave no es solo leer las cartas, sino leer a los idiotas que están sentados contigo. En Texas Hold'em, si tienes un par alto en el flop y el tipo de enfrente empieza a sudar como si estuviera en el décimo asalto, sabes que va de farol. Ahí no te achiques, súbele la apuesta hasta que se raje. Yo uso mucho la táctica de apostar fuerte en las primeras rondas cuando tengo algo decente, tipo escalera o color en potencia. La mayoría se asusta y se retira, dejándome el pozo sin tener que enseñar ni una carta. Pero ojo, no abuses de esto, porque los astutos te pillan rápido y te voltean la jugada.
En blackjack, la cosa es más matemática, pero igual hay que tener calle. Si el crupier muestra un 6 y tú tienes 16, no seas débil y te plantes por miedo. Dobla o pide carta, porque las chances dicen que el crupier se pasa. Yo siempre cuento cartas en la cabeza, no necesito papelitos ni nada raro. Si ya salieron muchas altas, bajo mi apuesta; si veo que vienen las bajas, le meto duro. En los casinos de hoy, con esas máquinas que barajan todo el tiempo, es más complicado, pero en mesas con baraja manual, soy letal. Y no me vengan con que es ilegal, porque no lo es, solo es usar el cerebro.
Ahora, ¿cómo mezclo esto con las peleas? Fácil. Mientras analizo si un peleador de MMA va a ganar por sumisión o si el boxeador va a noquear en el quinto, estoy jugando mis manos en la mesa. Por ejemplo, el otro día aposté a que un zurdo con buen jab se llevaba el combate en el tercer round, y mientras esperaba el resultado, me hice un par de miles en una mesa de póker con una escalera que ni el mejor gancho pudo tumbar. La adrenalina de ganar en las cartas y ver al tipo caer en el ring al mismo tiempo no tiene precio.
Mi consejo final: no sean de esos que solo miran los puños y se olvidan de las cartas. Si quieres plata de verdad, aprende a dominar las dos cosas. Yo no pierdo ni en la mesa ni en las apuestas de combate, porque soy el que manda. Ustedes sigan mis trucos y a lo mejor, solo a lo mejor, llegan a mi nivel algún día.
Empecemos con el póker. La clave no es solo leer las cartas, sino leer a los idiotas que están sentados contigo. En Texas Hold'em, si tienes un par alto en el flop y el tipo de enfrente empieza a sudar como si estuviera en el décimo asalto, sabes que va de farol. Ahí no te achiques, súbele la apuesta hasta que se raje. Yo uso mucho la táctica de apostar fuerte en las primeras rondas cuando tengo algo decente, tipo escalera o color en potencia. La mayoría se asusta y se retira, dejándome el pozo sin tener que enseñar ni una carta. Pero ojo, no abuses de esto, porque los astutos te pillan rápido y te voltean la jugada.
En blackjack, la cosa es más matemática, pero igual hay que tener calle. Si el crupier muestra un 6 y tú tienes 16, no seas débil y te plantes por miedo. Dobla o pide carta, porque las chances dicen que el crupier se pasa. Yo siempre cuento cartas en la cabeza, no necesito papelitos ni nada raro. Si ya salieron muchas altas, bajo mi apuesta; si veo que vienen las bajas, le meto duro. En los casinos de hoy, con esas máquinas que barajan todo el tiempo, es más complicado, pero en mesas con baraja manual, soy letal. Y no me vengan con que es ilegal, porque no lo es, solo es usar el cerebro.
Ahora, ¿cómo mezclo esto con las peleas? Fácil. Mientras analizo si un peleador de MMA va a ganar por sumisión o si el boxeador va a noquear en el quinto, estoy jugando mis manos en la mesa. Por ejemplo, el otro día aposté a que un zurdo con buen jab se llevaba el combate en el tercer round, y mientras esperaba el resultado, me hice un par de miles en una mesa de póker con una escalera que ni el mejor gancho pudo tumbar. La adrenalina de ganar en las cartas y ver al tipo caer en el ring al mismo tiempo no tiene precio.
Mi consejo final: no sean de esos que solo miran los puños y se olvidan de las cartas. Si quieres plata de verdad, aprende a dominar las dos cosas. Yo no pierdo ni en la mesa ni en las apuestas de combate, porque soy el que manda. Ustedes sigan mis trucos y a lo mejor, solo a lo mejor, llegan a mi nivel algún día.