Oye, apostar en regatas es puro nervio, ¿verdad? Mi truco para no perder la cabeza es simple: me pongo un límite claro antes de empezar y no lo cruzo aunque la adrenalina pegue duro. Además, siempre analizo los equipos y las condiciones del viento antes de soltar mi apuesta. Una vez me salvé de una mala jugada porque me tomé cinco minutos para respirar y repensar. ¿Y tú, cómo le haces para no dejarte llevar por el momento?