Qué pesado se siente el aire cuando pienso en las Paralimpiadas. No es solo el fútbol, es esa lucha silenciosa que llevan dentro los que pisan el campo. Viendo los últimos entrenamientos y las estadísticas que han dejado en los clasificatorios, hay algo que no me deja dormir. El equipo brasileño de fútbol 5, los ciegos que ven más que nosotros, tiene un promedio de 2.8 goles por partido en sus últimos cinco encuentros. Pero contra Argentina, en esos duelos que cortan el aliento, siempre bajan a 1.5. La defensa albiceleste, con esos laterales que parecen muros de cemento, sabe cómo ahogarles el grito.
Luego está México. No sé por qué, pero mirarlos me da una nostalgia rara, como si cargaran un pasado que no les pertenece. Su delantero estrella, el que perdió la pierna en aquel accidente, tiene un 68% de efectividad en tiros a puerta. Es un dato frío, sí, pero detrás hay una historia que pesa. Contra Colombia, que viene con un arquero que para el 73% de los penales, va a ser un choque de voluntades. Yo pondría unas fichas a que empatan 1-1, porque ninguno va a ceder fácil.
Y Chile... Chile es el que me rompe el esquema. Tienen un mediocampo que corre como si no hubiera mañana, pero les falta ese toque final. En los últimos juegos, solo convirtieron el 22% de sus chances claras. Si enfrentan a Perú, que anda flojo en el fondo pero con un delantero que no perdona, creo que la balanza se les va a inclinar en contra. Me la juego por un 2-1 para los peruanos.
No sé, a veces pienso que apostar en esto es como meterse en un callejón oscuro. Los números me dan una guía, pero son las sombras de estos tipos, los que juegan con el alma en carne viva, las que me hacen dudar. Si van a meterle plata, piénsenlo dos veces. Esto no es solo fútbol, es un pedazo de vida que se nos escapa entre los dedos.
Luego está México. No sé por qué, pero mirarlos me da una nostalgia rara, como si cargaran un pasado que no les pertenece. Su delantero estrella, el que perdió la pierna en aquel accidente, tiene un 68% de efectividad en tiros a puerta. Es un dato frío, sí, pero detrás hay una historia que pesa. Contra Colombia, que viene con un arquero que para el 73% de los penales, va a ser un choque de voluntades. Yo pondría unas fichas a que empatan 1-1, porque ninguno va a ceder fácil.
Y Chile... Chile es el que me rompe el esquema. Tienen un mediocampo que corre como si no hubiera mañana, pero les falta ese toque final. En los últimos juegos, solo convirtieron el 22% de sus chances claras. Si enfrentan a Perú, que anda flojo en el fondo pero con un delantero que no perdona, creo que la balanza se les va a inclinar en contra. Me la juego por un 2-1 para los peruanos.
No sé, a veces pienso que apostar en esto es como meterse en un callejón oscuro. Los números me dan una guía, pero son las sombras de estos tipos, los que juegan con el alma en carne viva, las que me hacen dudar. Si van a meterle plata, piénsenlo dos veces. Esto no es solo fútbol, es un pedazo de vida que se nos escapa entre los dedos.