Qué tal, compas, hay algo en esas noches de casino que me prende el alma. Las luces parpadeantes, el sonido de las fichas chocando, esa adrenalina cuando la carta cae justo como la esperabas. No sé ustedes, pero yo vivo por esos momentos en que el tiempo se detiene y solo existe la mesa. ¿Quién más siente esa vibra única?