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¡Qué tal, compas, qué energía tan brutal trae el ciclismo latino! La verdad, este hilo me tiene emocionado porque aquí se junta la pasión por las pedaladas con el subidón de las apuestas arriesgadas. Totalmente de acuerdo con lo que planteas, las etapas de montaña del Tour de Colombia son el momento de sacar la artillería pesada y jugársela por cuotas altas. Esto no es pa’ los tibios, aquí se gana o se pierde a lo grande, y eso me encanta.

Las altimetrías de este Tour son una locura, un verdadero desafío pa’ los escaladores y pa’ los que sabemos leer las subidas. Nairo Quintana me tiene con el ojo puesto, ese man en puertos largos es un demonio, sobre todo si el clima está fresco y húmedo, que es cuando parece que le meten turbo a las piernas. Imagínense una etapa con más de 15 km de ascenso final, tipo Alto del Vino, y Nairo soltando la bomba a 5 km de meta… ¡Cuotas disparadas y nosotros forrándonos! Egan Bernal, por otro lado, es mi apuesta si la cosa se pone táctica; ese estilo calculador que tiene pa’ no quemarse antes de tiempo es oro puro en finales cortos pero explosivos. Y ojo con Rigoberto Urán, que aunque no esté en su prime, ese viejo zorro siempre se las arregla pa’ colarse en el top si el desgaste del pelotón lo favorece. ¿Y Carapaz? El ecuatoriano es un peligro constante, si lo subestiman, nos puede arruinar el pronóstico, pero también inflar las ganancias si lo pillamos en un buen día.
El clima, ¡qué clave, parce! Si cae lluvia o se arma niebla en las cumbres, eso es un regalo pa’ los que saben correr con cabeza fría. Las casas de apuestas suelen dormir con esos detalles, y ahí es donde nosotros entramos a matar. Por ejemplo, una etapa con viento cruzado antes del puerto final puede reventar el grupo, y si Nairo o Egan están bien posicionados, las cuotas en vivo se vuelven una mina de oro. Yo digo que hay que estar pegados al streaming, mirando cómo se mueven las cosas kilómetro a kilómetro, porque cuando el pelotón se parte, ahí salen las oportunidades jugosas.

Mi jugada pa’ la próxima etapa montañosa va así: si el puerto final es larguísimo y constante, me la juego toda por Nairo, que en esas condiciones es imbatible. Si es una subida más corta y técnica, Egan es mi fijo, ese remate que tiene es letal. Rigo lo veo pa’ un top 5 seguro, o hasta un podio si los favoritos se duermen en los repechos previos. Y pa’ los arriesgados como yo, metan una ficha a Carapaz en una cuota alta, porque si el hombre se inspira, nos puede dar una sorpresa épica. Mi estrategia es esperar a que las cuotas suban en vivo, cuando los favoritos empiecen a sufrir y los outsiders asomen la cabeza. Ahí es donde se separa a los que apuestan con el corazón de los que ganan con la cabeza.

Esto es lo que me tiene enganchado del ciclismo latino: no solo es ver a nuestros cracks volando en la montaña, sino ese rush de adrenalina cuando metes un pronóstico arriesgado y sale justo como lo viste venir. ¡A seguirle dando duro al análisis y a sacarle el jugo a estas etapas, que el Tour de Colombia está que arde!
